Collar de ámbar para los primeros dientes

Jugando con mi pequeño, he visto que le asomaba su collar de ámbar por encima de la camiseta y se lo he metido por debajo. Ya tiene dos años y medio y tiene su primera fila de muelas con la segunda en proyecto y todavía no me he planteado quitárselo. Esto me ha hecho recordar cuando lo compré y porqué, y he pensado en comentaros mi experiencia por si os sirve de ayuda.

Que es

Para los profanos en la materia que no sepan de que estamos hablando, los collares de ámbar para los dientes, es un simple collar que puede venir con hilo normal no extensible o hilo de goma.

 Personalmente prefiero que no se pueda estirar, porque los bebes tiran de el y podría romperse, y caerse todas las piedras de ámbar. Este collar esta entero lleno de piedrecitas de ámbar redondeadas, para que no puedan raspar el cuellecito del bebe, y no puedan molestarle.

Debe estar permanentemente en contacto con el cuerpo, no dejarlo salir por fuera de la camiseta porque sino no haría efecto. No hay que quitárselo ni siquiera cuando le bañemos. 

El efecto de la piedra de ámbar es básicamente calmante y relajante. Esto hace que el dolor al nacer los dientes sea menor. 

Muchos pensareis que es carísimo, porque la piedra de ámbar tiene un valor muy alto, pero no es así, porque las piedras que utilizan para la elaboración de estos collares son los restos pequeños, que sobran en la explotación de estas costosas piedras. Cuando yo lo compre el precio rondaba los 10-20 euros, no creo que haya subido mucho mas. 

Se pueden encontrar en tiendas especializadas en productos para bebes y también lo deben vender por Internet. Puedes elegir varios tonos,  en función de el color del ámbar. 

He oído decir a madres de otros niños, sobre todo de la guardería que sus pediatras se lo han mandado quitar, porque puede ser un peligro de asfixia para el bebe. 

A mi, mi pediatra jamás me ha dicho nada en contra. De hecho, no creo que tenga mucho mas riesgo que cualquier otro collar que el bebe lleve alrededor del cuello, por el hecho de que al gatear se quede enganchado en algún lugar y le ahogue. Nunca en he encontrado en la situación. Sin embargo cuando lo compre, ya me advirtió el vendedor que no cogiera los que tienen el cordón extensible porque el niño podría arrancarlo, caerse las piedrecitas, metérselas en la boca y ahogarse. Cosa que me pareció más probable que el que se enganchara en algún sitio con el collar.

Bueno, dicho todo lo anterior, que mas que nada es a titulo informativo para los que no tuvieran  ni idea de lo que era un collar de ámbar, vamos a lo interesante,  la razón principal por la que los padres ponemos estos collares a nuestros bebes, que no es otra que calmarles el dolor cuando están saliendo los primeros dientes.

Mi experiencia personal 

Tengo dos niños, en el primero no usé el collar y en el segundo sí. Fundamentalmente porque en el primero desconocía que estos existiesen. 

En mi segundo hijo, salieron sus primeros dientes bastante pronto, sobre los seis meses y medio, (cosa que dicen que está relacionado con la altura, pero de esto hablaremos en otro post).

Cada vez que le salía algún diente nuevo, le bajaban las defensas, le daba fiebre, se ponía malito, y como es un niño que no expulsa los moquitos, se los quedaba dentro con la consiguiente bronquiolitis. 

Así cada vez que le salía un diente, le bajaban las defensas y se repetía el ciclo descrito anteriormente, con lo que acabábamos en el hospital, enganchados a la maquina de oxigeno, y por las noches en casa con la cámara del “Baby haler”, que para el que no lo sepa es un cámara, donde se le encaja una cánula con “Ventolín”,  para poder abrir bien  los bronquios y que los niños puedan respirar. (Lo mismo que cualquier asmático, solo que a un bebe para que pueda tomar el “Ventolín” tienes que dárselo mediante una cámara). 

Bueno, pues dicho todo esto, y os  imaginareis lo harta que estaba de los dichosos dientes, hasta que un día una conocida me comentó lo de los collares de ámbar. 

Entonces fue cuando me fijé en todos los niños que llevaban el collar en la misma guardería donde estaba mi hijo. No me podía creer que lo llevara tanta gente y yo simplemente ni me hubiera dado cuenta. Pregunté a la cuidadora de la guardería y me dijo que las demás mamas hablaban maravillas, así que me decidí a comprarlo. Me dirigí a una tienda especializada en cosas de bebes y precisamente no les quedaban. Tuve que esperar una semana más, hasta que les llegó el pedido.

 ¡Los traían por sacos!  ¡Me parecía increíble que se vendieran tantos!

Se lo puse a mi hijo y a esperar a ver los resultados. Os diré que las noches ya no fueron tan malas, no se si porque le dolieron menos los siguientes dientes o por el collar. Pero las primeras muelas son de dar mucha guerra, y no fueron para tanto a partir de entonces. Con una dosis de “Dalsy” se arreglaba, y a dormir toda la noche, cosa que antes no era así a pesar de haberle dado el ibuprofeno.

 Pero lo más importante para mí fue que 

nunca más volvimos a usar el “Baby haler” 

ni a estar en la sala de urgencias

 enganchados a la maquina para respirar. 

No tuvimos más bronquiolitis. Puede ser casualidad, pero ¿Como me explicáis que antes estuviéramos con una bronquiolitis con cada diente que nos salía y desde que nos colocamos el collar nunca mas tuviéramos una? Yo no se explicarlo, porque en principio se suponer que el ámbar es calmante para el dolor, no cura enfermedades, pero mi experiencia es la que ya os he contado.

Todo lo anterior no quita que alguna noche nos hayan dolido alguna muela o colmillo, y por supuesto que con cada salida de nuevo molar, nos han seguido bajando las defensas, cogiendo catarros y teniendo mocos, pero por ahora, nunca se nos han vuelto a quedar en el pecho, con ese silbidito de gato, sin poder respirar.

Os dejo el siguiente enlace, por si no sabeis donde comprarlo, aquí hay una gran cantidad de modelos:

Modelos de collares de ámbar

Buscando por internet, también he visto que lo podeis encontrar  pulseras de ámbar. Hay gente que tiene miedo de ponerle el collar porque piensan que si el bebe se pone a gatear, se va a enganchar y podría axfisiarse. Por eso hay personas que prefieren el que une las cuentas de ámbar con goma. Yo no soy nada partidaria de estos últimos, porque los niños tiran del collar y si es una goma lo pueden arrancar y llevarse alguna cuenta de ámbar a la boca, con el consiguiente peligro de axfisia.

Nunca he tenido ningún disgusto al respecto, pero como os decía he visto que también los hay en forma de pulsera, exactamente para lo mismo, calmar las molestias de la salida de los dientes. Aquí os dejo el enlace: 

Pulseras de ámbar para bebe

No se cual será vuestra experiencia con los collares de ámbar pero me gustaría conocerla.

¿Habeis probado las pulseras de ámbar?

¿Habéis notado los mismos efectos beneficiosos que en el collar?

Actualmente se los podéis ver a muchos niños que aunque han crecido los siguen llevando.

Saludos y espero vuestros comentarios, porque en esto hay partidarios y detractores radicalizados.

A lo que les ha encantado lo publican a los 4 vientos.

Los que tienen miedo de axfisia dicen que nunca lo usarían.

¿Tu de cual eres?

Zoraida.

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